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Cuento en construcción

Este cuento ha sido escrito hasta el momento entre Valentina Solari, Magui Rojas Frias y la edición del Comité editorial de Cuento Colectivo. Una vez sepamos el final de la historia le inventaremos títulos. ¡Participa!

Llevaba horas frente a la hoja en blanco, pero las palabras parecían no llegar. Encendió su vieja radio,  para ver si encontraba fuentes alternas de inspiración. Tras hacer una búsqueda por los emisoras disponibles, se sintió un poco fuera de lugar al no identificarse con ninguno de los ritmos del momento. Optó por detenerse en la emisora de música clásica, que en ese momento tocaba un fragmento del concierto para violín y orquesta de Max Bruch.

Se deleitó por varios minutos con la composición y al final, su plan resultó. Ya sabía cuales serían las primeras palabras de su cuento:

“Era un espléndido día de primavera y Victoria paseaba por su jardín. El olor de las rosas predominaba en el ambiente y todo era muy colorido. Su corazón se sobresaltaba a cada momento, conocía bien el sentimiento que la dominaba. Los años de espera habían valido la pena, estaba cerca el momento de verlo de nuevo, de tenerlo cerca y volver a ver en su rostro aquella hermosa sonrisa que iluminaba todo su ser.

Alejandro llevaba 8 años estudiando medicina en el extranjero y ahora regresaba a poner su propio consultorio medico especializado en pediatría. Se habían amado desde niños. Él se había ido a los 18 años y antes de partir habían prometido seguir amándose, sin importar lo que sucediera. Había pasado mucho tiempo desde la última vez, que estuvo unas cortas vacaciones en su pueblo natal. Por fin vería su rostro una vez más.

Las flores del jardín percibían su alegría, su amor las ambientaba, su alegría las contagiaba, estaban tan felices y radiantes que bailoteaban al ritmo de su andar. Sus manos las tocaban y con los ojos cerrados, la punta de su nariz aspiraba el rico perfume de éstas. En medio del jardín corría y suspiraba, miraba al cielo y reía…”.

Entonces interrumpió el flujo de escritura. Había logrado un avance muy significativo: superar la hoja en blanco. Estaba satisfecho del efecto que había logrado, al llevar a cabo la descripción del jardín, sus detalles y olores. Pensó en lo efectiva que había resultado la música como inspiración externa y en como esta de manera inconsciente, había afectado el desarrollo de su trama. “Tal vez la afectó demasiado” pensó.

Al releer su escrito, supo qué había que hacer. El tono, hasta el momento, le parecía muy romántico y cliché. Le faltaba un nudo más fuerte a la trama. Después de todo, reflexionó, como dice Mario Vargas Llosa: “la democracia y la felicidad no producen gran literatura”. Era a partir de esa frase que se iba a valer…

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