Alter ego

Te invitamos a seguir esta narración que apenas comienza. Una vez sepamos el final de la historia le inventaremos títulos. El que hay en el momento es provisional. Puedes hacer tu aporte en la zona de comentarios de esta entrada o escribiendo a comiteeditorial@cuentocolectivo.com.

AlterEgo

Pude desatarme al fin, después de luchar contra ese tonto nudo toda la noche, por fin lo aflojé lo suficiente para liberar mis manos. Mis muñecas se sentían irritadas, como cortadas después de tanto esfuerzo. Me quité inmediatamente el saco que me habían puesto sobre la cabeza y respiré con alivio por poder tener un panorama libre. La oscuridad era absoluta, no podía ver nada, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí y no recordaba qué había sucedido. Al despertar estaba aquí amarrado y con una sensación de mareo indescriptible.

Decidí incorporarme lentamente, sin hacer ruido, pero con paso firme. No desaprovecharía esta ocasión para encontrar la libertad y pedir ayuda. Me sorprendía un poco lo calmado que estaba para encontrarme en una situación tan aterradora. Cuando mis cansados ojos comenzaron a reconocer sombras quedé estupefacto. Reconocía bien las siluetas que me rodeaban. Era mi casa en la que había estado amarrado y amordazado todo este tiempo.

Todo parecía estar en completo orden y silencio, lo había estado desde la noche anterior… ni un solo sonido. Llegué a la casa de mis vecinos y pedí ayuda a la policía. Su reporte: “Nada había sido violentado, nada había sido robado, no había mensajes ni pistas. Se sospecha de una falsa alarma o un juego privado que se salió de control”.

Yo no recordaba nada, pero creía con firmeza que yo mismo jamás me habría puesto en aquella situación por voluntad. Lo pensé y lo pensé durante los siguientes días hasta que casi olvidé el incidente, pero entonces noté algo en el techo de la cocina. Unas extrañas marcas, como pisadas de pájaro pero hechas en contra de la gravedad…

0
YOUR CART
  • No products in the cart.