Después de años luz, por fin habían llegado a su destino. Las condiciones atmosféricas eran tan similares al planeta tierra, que ni siquiera necesitaron los trajes y equipos especiales.
“Inspeccionaremos el terreno un par de horas y entonces regresaremos a la nave a mandar un mensaje a base”, dijo el comandante Gregorio.
“Para cuando lleguen ya habré separado un terreno bastante amplio solo para mí. Ahí construiré un hogar. ¡Vamos, me lo merezco!”, comentó el piloto, Bernardo.
“Concéntrese piloto, aún no sabemos con qué tipo de hostilidades nos encontraremos en SB- 143”, ordenó el capitán.
“Solo una pregunta más comandante. ¿Le podemos cambiar ese horrible nombre que tiene este planeta después?”…
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