Continúa la historia de Norbert el vampiro

Cuento en construcción

Así va este cuento llamado temporalmente “Norbert el vampiro” gracias a los aportes de nuestros usuarios twitteros El Dr. No, Andres Guillen F, Pau Loca, Freya Seim Myfbuuren, Héctor Romero, Jairo Echeverri García y la edición de Cuento Colectivo. Continúen la narración con aportes del tamaño que consideren necesario en la zona de comentarios.

Imagen por Cavin

Ese día Norbert tenía más sed de sangre que nunca, necesitaba alimentarse. Un asomo a las banquetas era suficiente para incitar al ataque, invitar al apetito. Una morena, un niño con mejillas grades. Esperando el momento de la hidratación definitiva, se bebió un Red Bull. El líquido frío le remojó los colmillos y le brindó un fugaz placer. No obstante, eso sólo aumentó la necesidad de la bebida vital.

Norbert, en el fondo, no quería ser vampiro, pero el instinto podía más que el querer ser normal en un mundo de mortales. Sin embargo, él era casi como cualquier otra persona: televisión por cable, jeans entubados y un cigarrillo después del sexo. Casi como cualquier persona, con la excepción de que Norbert a veces sentía la necesidad de darse un exquisito banquete humano. Después de beber de la lata, pudo ver a una mujer con largas piernas, un tanto extraña,  caminar en la acera de enfrente. Era su oportunidad, en ese momento el parque estaba relativamente sólo. La haló hacía unos arbustos y mordió su cuello.

Depronto se escuchó un grito a lo lejos. Alguien había visto el momento. A Norbert le tocó salir corriendo y esconderse, ya le había rasgado el alma a aquella desdichada mujer, dejándola tendida en el suelo sin signos vitales. Norbert entró en la peluquería de la esquina, sonrió de forma amable a las señoras con ruleros y ocupó un sillón…

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