El tiquete de la suerte (título provisional)

Cuento en construcción

Tienes la opción de continuar o de terminar esta historia. Una vez sepamos el final del cuento le inventaremos títulos. ¡Participa!

Tras un largo día de trabajo en la empresa de aseo de la ciudad, Aldo, uno de los recogedores de basura de la compañía, llega a su casa apestando y más desmoralizado que nunca. Con 35 años de edad, es verídico afirmar que las cosas en la vida de Aldo, no se dieron como él las esperaba. Abre la nevera de su casa, la cual se ve vacía en su mayoría, a excepción de las últimas dos cervezas, una jarra de agua y algunas verduras viejas. Agarra y abre una de las cervezas en lata y se sienta en el sofá de su sala a ver televisión.

Después de cambiar canales unos instantes, se detiene a las ocho en punto  en el canal que transmite la lotería. A pesar de vivir con el salario mínimo y de estar ahogado en deudas, Aldo todas las semanas compra su tiquete de lotería. Aunque su experiencia le ha demostrado que es más probable que le caiga un rayo dos veces antes de ganársela, como otros tantos millones en el mundo, él permanece fiel a su esperanza.

Saca su tiquete y lee los números “97406933420321″, entonces lo besa y le dice, “Tú eres el de la suerte”, como siempre lo hace. Se ve en la televisión cómo se enciende la máquina que escoge los números ganadores. Entonces el anunciante, pendiente del resultado dice: “Sale un 97… un 40… 69…”. Aldo se sienta en todo el borde del sofá, con el tiquete en la mano y los ojos más abiertos de lo normal. Sigue el anunciante: “33…42…”. Aldo se comienza a morder las uñas.

“03…21…”. Un grito frenético se escucha por todo el vecindario…

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