El punto confortable

Te invitamos a continuar esta historia que apenas comienza. ¡Participa e invita a tu red! El título que hay en el momento es provisional y se lo inventaremos una vez sepamos el final de la historia.

ciego

Yuma ya había caminado dos mil setecientos cuarenta y un pasos desde la casa de su amigo Renzo, con su bastón. Aunque el sol brillaba, la temperatura era bastante baja y Yuma estaba ansioso por llegar a su apartamento. En una de las esquinas, sintió el calor de los rayos del sol. La sensación era intensa, estos rayos, que se colaban entre dos rascacielos, eran los más potentes que había sentido en toda su larga vida. Buscó con su bastón el desnivel en la calle, los carros pasaban cerca, pero los escuchaba a una distancia segura. Se sentó en la acera… este lugar era confortable…

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